Mario Ledesma, un adiós que se veía venir
El entrenador anunció, en una sorpresiva conferencia de prensa, su renuncia al frente de Los Pumas. Una campaña con más sombras que luces.
Cuando hace tres años y medio, en agosto de 2018, la UAR anunciaba el alejamiento de Daniel «Huevo» Hourcade al frente de Los Pumas y la llegada de Mario Ledesma, nadie imaginaba este presente con su renuncia.
Ledesma tomó la posta y como todo comienzo, imprimió un sello distinto que se vio reflejado primero en Jaguares (asumió en 2018) que llegó a la final del Super Rugby en 2019 de la mano de Gonzalo Quesada y ya con Ledesma al frente del equipo nacional.
Esa final ante Crusaders, con un 80 % conformado por el equipo Pumas, se jugó en julio y en Octubre, la cita era en Japón. Si bien Francia e Inglaterra aparecían en el horizonte como partidos complicados, el envión anímico y el juego del equipo, hacían suponer que la clasificación hacia la próxima llave estaba sellada. Nada de eso ocurrió.
Todos los que imaginaron pelear una semi en el Mundial se cayó como un castillo de naipes al no pasar la primera rueda. En el medio, rumores de muchos desencuentros. Entre ellos, el más significativo, fue apartar a Nicolás Sánchez de la titularidad. Todavía nadie sabe qué pasó realmente.
De ahí en más «trabajo y locura», la frase emblema que utilizó al asumir Ledesma, se perdió como la idea de juego que antes tenía el seleccionado – aunque el contexto tampoco ayudó, pandemia mediante- y sumó varias derrotas que, en algunos casos, ni siquiera fueron dignas. La vergonsoza caída ante Irlanda, en la ventana de noviembre del año pasado, es una de ellas.
El único oasis en su derrotero fue el triunfo ante los All Blacks. Algo de lo que podrá jactarse en algunos años y que podrá contarle a sus nietos.
Lo preocupante, porque ahora Ledesma es pasado, es el futuro de Los Pumas, con un Mundial más cerca de lo que todos creen. Y con Inglaterra, otra vez rival de grupo, en el debut mundialista el 9 de setiembre de 2023.

