Veo un futuro negro para Argentina

Fernández intenta quebrar sin éxito la defensa de Georgia. Como en todo el partido.

Jugando como ante Georgia, no sólo tendremos enfrente las camisetas oscuras de Nueva Zelanda. Muchos errores de manejo, varias pelotas perdidas en el ruck, sin eficacia en los envíos a los palos y con pocos argumentos de ataque, Argentina hizo poco en este Mundial. Y ahora se viene el candidato más firme.

No es sólo un juego de palabras. Los Pumas ya no sorprenden. En el 2007, fue un éxito rotundo su juego su mística, su defensa, su temple, su unión. Les valió el mote de «Pumas de Oro» cuando habían logrado el tercer puesto en Francia. Estaba bien. Se lo habían ganado.

Pero no sólo de hazañas vive el hombre. Hay que convivir con el día a día, que es más duro, más complicado… Y más real.

Y la realidad es que en este Mundial, equipos de segundo nivel como podríamos denominar a varios, complicó a más de un candidato. Sino, que lo diga Francia. O el mismo Australia, aunque alguno pueda debatir que Irlanda no es un equipo de menor valía.

Ahora en cuartos, Argentina deberá apelar más que a su corazón para ganarle a Nueva Zelanda, el candidato del pueblo. Seguramente la tan nombrada amabilidad de los kiwis, será otra. Lo cierto es que Los Pumas, por el momento, no sólo dejaron de sorprender sino que les falta sorpresa.

Han cometido demasiados errores durante los cuatro partidos que jugaron y, si bien es cierto que sólo recibieron tres tries, el rival que tendrá enfrente dentro de una semana no será cualquier rival. Entonces no podremos prescindir de la eficacia hacia los palos, no podemos fallar en el contacto, no podemos fallar en el primer tackle ni tener poca vehemencia ni que nos falten tackles ofensivos, no podemos no generar huecos al atacar, no podemos perder tantos rucks, no podemos tener tantos errores de manejo y falta de decisiones, dejar que nos ganen en el line… Sí «debemos» mantenernos fuertes en el scrum, ser prolijos a la hora de defender (apenas 8 penales en el partido ante Georgia)  y atacar, decididos, aún a costa de perder.

En esta instancia pueden pasar dos cosas: que Argentina haga lo que pueda con lo que mostró hasta ahora, que es muy poco, o bien que saque de la galera algún conejo salvador que nos dé un pase a semifinales que deje a todos boquiabiertos. Llámele alguna individualidad descollante. O el descubrimiento que tenemos un equipo de eficaces estrategas que sepan sacar adelante un partido.

Nos es descabellado pensarlo. Somos un equipo acostumbrado a sufrir y a gestas heróicas.  Pero, ¿sabe qué? Estoy un poco cansado de eso. Quiero un equipo que me llene y que me dé gusto ver, así sea que pierda, pero no por amarrete, mezquino o por mostrar poco, temeroso de perder.

Quiero un equipo como Los Pampas en la Vodacom. La sociedad del último try  tuvo que ver con eso. Pero Phelan, aún, supone que la «vieja garra» (que nos costó lesionados por doquier) sigue latente. Espero no se equivoque.

En una semana sabremos si apostó por un futuro más claro o el más oscuro.