Los Agüero: la alegría de compartir juntos una cancha con la camiseta de Natación
Alejandro, Mariano y Santiago jugaron en el equipo titular de Intermedia ante Jockey Club el sábado pasado. Un apellido con mucha historia en el rugby tucumano.
«Esto es una familia de rugby hermosa» dice Mariano Agüero, 26 años, quien junto a Alejandro, su hermano mayor de 33 y al menor de la familia, Santiago, de 24 años, jugaron juntos por primera vez de manera oficial vistiendo la camiseta de Natación ante Jockey Club el sábado 15 de Mayo de 2021. Una fecha que recordarán siempre.
Son hijos de Mónica Daneri y de Daniel Agüero, jugador del club y del recordado seleccionado Naranja, campeón Argentino en 1985, aquél equipo que por primera vez obtuviera el Campeonato Argentino ganándole 13 a 9 al Buenos Aires liderado por Hugo Porta e integrado por doce Pumas. De ahí el tremendo significado que tuvo para el rugby de la provincia ese primer título. Daniel no jugó la final pero participó de todo el proceso.
«Nuestro papá nos inculcó todo lo hermoso que es el rugby. Fue un gran jugador, hooker y tercera línea en el club y del seleccionado tucumano que salió campeón en el 85. Jugó los primeros partidos aunque no disputó la final, donde entró Ricardo Le Fort. Pero tuvo el privilegio de estar ahí «, cuenta con orgullo Mariano.

La relación entre hermanos muchas veces no es la ideal. Sobre todo si hay mucha diferencia de edad pero en este caso, nada que ver. Alejandro quería un hemanito para jugar porque ya estaban las hermanas Carla (la mayor) y Daniela. Y después de casi 8 años llegó Mariano y, dos años después, Santiago.
«Siempre nos molestamos pero somos muy unidos y nos respetamos mucho. Creo que es la base de todo. Estamos orgullosos de lo que somos, de lo que representamos porque nuestro abuelo es Juan Carlos Daneri López que estuvo en el proceso de la fundación del club Corsarios. Así que en nuestra familia se respira rugby desde siempre», dice Alejandro que, confiesa, no jugó desde chico al rugby. «Hace 15 años que juego al rugby y nací en el club. Me trajo mi abuelo, Juan Carlos Agüero y me hizo socio. Pero no me gustaba. Jugaba a otros deportes pero despues mi papá, Daniel, me trajo con Mariano y Santiago. Comencé en la M14 y no dejé más«, aseguró.
«Cuando era chico, venía a acompañarlo siempre a mi papá al club. Tenía puesto un jogging recién comprado para la escuela. Mi papá se da vuelta y me pregunta si quería jugar. Como no tenía pantalón corto, fue a la cantina y me cortó el jogging recién comprado. Y los primeros partidos jugué con ese pantalón. Me empezó a gustar desde ahí el rugby» con tó Mariano en una de las anécdotas más lindas que recuerda. Y aunque jugó con su hermano en Primera, la experiencia no fue la mejor. «Jugamos juntos en Primera con Alejandro. Yo tenía 18 años y el club no pasaba un buen momento. Era juvenil y había que poner el hombro al club, desde el lugar que sea», señaló.
Santiago arrancó de chico a jugar al rugby. «Empecé a los 6 años y jugué todas las infantiles, juveniles y desde el 2014 estoy en el plantel superior. Esta es la primera vez que compartimos una cancha y es una sensación muy linda, es hermoso. Me tocó el privilegio de jugar con dos grandes jugadores y mejores personas«, dijo el más chico de la familia.
Y cuanta razón tiene porque no sólo se disfrutan en la cancha. También se apoyan en lo que hacen y Alejandro tuvo una iniciativa que lleva en los genes gracias a sus abuelos y que tuvo mucha repercusión en la zona de Los Nogales.
«Como el rugby siempre está en la sangre, fundé una escuela de rugby, Los Leones. Antes de la pandemia llegué a tener 70 personas ente niños, juveniles y mayores. Actualmente seguimos adelante y quiero agradecer públicamente al club Corsarios que nos presta la personería jurídica para seguir jugando y participando de encuentros infantiles y del rugby femenino. Me llenó de orgullo ver cómo se relacionaron chicos de la misma zona que no se conocían y los valores del rugby, que reflejaron ellos a medida que se iban sumando a la escuela. Eso es lo que te deja el rugby. El respeto, los amigos, la solidaridad que ves reflejada en los otros clubes… este deporte es muy lindo a pesar de los golpes que uno se da pero te prepara para la vida, uno aprende a enfrentar los miedos, ir siempre para adelante. Los invito a todos a que se sumen y prueben este deporte. Les aseguro que no se van a arrepentir«, finalizó Alejandro.
Seguramente que no se arrepentirán. Sobre todo si encuentran en el club que decidan probar el rugby, una camada de hermanos como la de los Agüero.