Lo bueno, lo malo y lo feo

La hinchada argentina, las lesiones y lo que sigue para el equipo de Los Pumas en este Mundial de Nueva Zelanda.

LO BUENO: Quedó sitiada por la pasión argentina Wellington. Fue un éxito épico, que se festejó como tal por los 7000 hinchas argentinos, que se hicieron sentir en el Wellington Regional Stadium. Un grito inolvidable por el try de Lucas González Amorosino, por la victoria sufrida. Un desahogo tras cantar dos horas bajo la incesante lluvia. Hubo un encuentro para el infarto, que se vivió como tal, pero nunca faltó el aliento de los fanáticos albicelestes.

«Un minuto de silencio para Escocia que está muerto», cantaban los hinchas en la salida del estadio y el grito resonaba en todos los rincones. Agigantaban las banderas, mientras la pintura caía derramada por las carras de los argentinos, que habían pasado la tormenta y celebraban a lo grande. «Es un sentimiento no puedo parar», fue el grito todavía en las tribunas con los Pumas saltando frente a ellos. Algo inolvidable en una jornada celeste y blanca al grito de «Somos locales otra vez» y «Despacito, despacito, despacito», cuando el marcador era inamovible.

LO MALO: Hay una suerte de maldición que persigue a los Pumas y justo en sus partidos más trascendentes del Mundial. Como sucedió en el debut ante Inglaterra, cuando en el primer tiempo se lesionaron Felipe Contepomi y Gonzalo Tiesi (no pudo seguir en la Copa del Mundo), ahora ante Escocia Juan Fernández Lobbe y Rodrigo Roncero debieron dejar la cancha en la mitad inicial.

Iban 20 minutos de juego, cuando en una jugada aislada en la mitad de la cancha, a Fernández Lobbe, solo, se le trabó la rodilla. Cayó al piso lleno de dolor. Lo atendieron y siguió 10 minutos más, hasta que la pierna izquierda le dijo basta y debió ingresar Genaro Fessia. Según dijo Phelan después del partido, y sin el parte médico oficial, Corcho habría sufrido una lesión ligamentaria, lo que complicaría su continuidad en el Mundial. Fernández Lobbe caminó hacia el banco y su rostro lo decía todo. Pura bronca, mucho dolor. Cuando terminó el primer tiempo, ni siquiera logró acompañar la caminata de sus compañeros, iba lentamente, ayudado por un colaborador.

Rodrigo Roncero se retiró reemplazado por Martín Scelzo. Roro salió caminando con problemas de los aductores de la pierna izquierda. Sufrió un desgarro.

Otro que salió con mucho dolor fue Juan Leguizamón. El tercera línea sufrió un golpe en el tobillo que lo tuvo a mal traer durante un rato largo del segundo tiempo

LO FEO:  el equipo argentino no está clasificado. Con la victoria de hoy, la Argentina suma 10 unidades, las mismas que Escocia. Inglaterra lidera el grupo con 14, y ambos equipos jugarán entre sí el sábado que viene.

Como clasifican los dos primeros de cada zona, los Pumas saben que con una victoria estarán en cuartos. Inglaterra deberá salir a ganar para no enfrentar a los All Blacks en la segunda rueda, y en los papeles, los Pumas no tendrían problemas con Georgia, incluso con punto bonus. Por ganar se suman cuatro unidades, una más si se apoyan cuatro tries. Dos por el empate y una por la derrota por siete o menos puntos.

Más allá de su partido con Georgia, los Pumas dependerán del resultado de Inglaterra-Escocia, ya que incluso ganando su partido, el equipo argentino puede quedar eliminado, como también terminar primero en su zona.

El grupo de la Argentina se cruzará en cuartos de final con la zona A, donde Nueva Zelanda y Francia son los clasificados. El segundo del grupo de los Pumas enfrentará a los locales, el primero al equipo galo.

En caso de empate. En caso de que dos equipos queden igualados en puntos, se definirá por el resultado del partido que ambos jugaron. Sino por diferencia de puntos, de tries, el que haya anotado la mayor cantidad de puntos, el que haya apoyado más tries o, en caso de que todos estos estén en empate, el de mejor ránking.