La Naranja sigue emocionando
Santiago Mesón, Martín Pfister, Marcelo Ricci y Julio Coria, hablaron sobre el triunfo histórico de Tucumán sobre Francia y el actual partido ante Los Pumas.
Las imágenes de esos quince gladiadores batiendo a uno de los mejores equipos del mundo hizo emocionar a más de uno. La Naranja le decía a Francia que aquí, en Tucumán, en la provincia más chica del país se juega al rugby con pasión, con el corazón y que con esas armas le daban pelea de igual a igual a cualquiera.
Esos gladiadores que se veían en la pantalla gigante, casi 20 años después, estaban en el salón blanco de la casa de gobierno, a unos metros nada más, compenetrados en ese recuerdo imborrable de uno de los momentos más lindos que vivió y enorgulleció al rugby tucumano.
Santiago Mesón, goleador del Seleccionado Tucumano, decía que «fue una gran emoción porque me encontré con jugadores que jugamos esos dos partidos y verlas en imágenes, fue una alegría inmensa. Tengo que felicitar a la dirigencia nacional y de la Unión que pueda organizar estos partidos en la provincia. Tucumán sigue siendo una plaza convocante, los equipos quieren jugar acá y hay que darle ese valor agregado que tiene Tucumán de cómo siente el rugby que se transmite de generación».
Julio Coria, pilar y ex jugador de Natación señalaba la satisfacción «de haber hecho las cosas bien en su momento, en un rugby totalmente amateur que teníamos que comprarnos hasta los anti inflamatorios. Pero bien, porque lo hicimos con el corazón. En lo personal, que estuve en Nueva Zelanda que sabemos que son unos enfermos del rugby y que también estuve en Francia hace un par de años, me dí cuenta que también lo son. Entonces, hay que aprovechar esta visita y sacar todo lo bueno que se pueda»
Marcelo Ricci, ex capitán del seleccionado Naranja no pudo dejar de emocionarse «con el recuerdo de un grande como el Mocho Palou y sobre todo, con el recuerdo que vistiendo la camiseta de nuestro seleccionado podíamos enfrentarnos a las grandes potencias. Es algo que no se va a repetir por el profesionalismo, lo hace imposible. El recuerdo quedará guardado en la memoria de lo que hicimos y lo que se logró: que Tucumán sea uno de los equipos del interior más reconocidos a nivel mundial. Muchos equipos querían venir a medirse con Tucumán. Un excelente recuerdo y cuando lo ví al Mocho en andas me acordé de él, del Gallo Cabrera, de Lisandro Carrizo que trabajó para abrirle la puerta a los más jóvenes. Y ese campeonato que logramos, el primero, en 1985, abrió la puerta para el ingreso a Los Pumas de todo el rugby tucumano. Y está la satisfacción de que todavía seguimos aportando jugadores a Los Pumas, el espíritu, la entrega que tiene el jugador tucumano y el sacrificio es reconocido, sobre todo, que aprendimos hacernos fuerte en la adversidad. Hoy, la venida de Francia, debe ser aprovechada. Es importante por los chicos para que sigan con el espíritu del juego y tratar de querer se jugar de seleccionado. Nos permitirá saber dónde están parados Los Pumas con toda esta renovación».
Ahora, el gran capitán que tuvo el seleccionado tucumano, también tiene una gran tarea: acompañar como vice la dirigencia de Miguel Costilla Campero, el presidente de Los Tarcos. «Estamos bien, recuperamos a los juveniles con mucho trabajo. Cuando descuidamos las infantiles, tuvimos 10 años de no estar entre los mejores y la base está ahí. Pero el mensaje que quiero dejar es que no sólo hay que enseñarle juego porque con el profesionalismo y con internet, tenemos mucha información. Hay que dejar en claro los valores de este juego, que eso no se encuentra en todos lados. Tenemos que trabajar esos valores con la gente grande, con el ejemplo, para poder transmitirlos», finalizó.
«Hace 15 años que dejé de jugar al rugby y creo que desde ese tiempo no los veo a todos juntos», decía Martín Pfister, otro de los que estuvo en la cita por la presentación del partido Pumas-Francia.
«La verdad que ver las imágenes de ese partido, fue increíble, inimaginable que un equipo provincial le gane a un seleccionado nacional como Francia. Impresionante. Yo tenía 21 años. Sabíamos lo que significaba, capaz que hoy le damos más relevancia por cómo está el rugby hoy que ni siquiera existe esa posibilidad de jugar. Pero sí sabíamos quien era Francia. Eran nuestros ídolos, lo leíamos en una revista, de pedo (sic) no como hoy que está en todos lados por TV, internet y demás. Pero sí sabíamos de qué se trataba. Y una visita como Francia, uno de los cinco o seis mejor seleccionado del mundo, que venga a esta provincia que siente el rugby de una forma especial, ayuda a fomentarlo, genera estos encuentros con historia, que siempre suma».