Benjamín Romano, una historia de superación

AMISTAD. Sus amigos del rugby le dieron la inyección anímica en los momentos más duros.

AMISTAD. Sus amigos del rugby le dieron la inyección anímica en los momentos más duros. (Foto: Lucas Santeyana)

Dipy tiene 18 y en los últimos tres años su vida cambió en forma radical: tuvo cáncer, le amputaron una pierna pero no se cayó gracias a sus amigos de Universitario.  Ahora estudia Terapia Ocupacional para ayudar a personas con enfermedades graves. Una historia digna de ser contada.

«No es fuerte quien nunca se cae, sino quien se cae y se vuelve a levantar”, con esa frase Benjamín “Dipy” Romano cierra una charla de más de media hora con LA NACION en la que su templanza y fortaleza parece la de una persona con varias décadas encima. Sin embargo, tiene apenas 18 años.

“Nunca dejé de ir al club. Fui en silla de ruedas, con muletas, con quimio. Es algo que me hacía bien a mí”, contó.

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